(Adjetivo. Del griego bios = vida; gea = tierra y morphé = forma)
Aplícase a seres extraterrestres: que tiene la apariencia de algún ser vivo de la Tierra.
No sólo es muy improbable que un extraterrestre se parezca a un ser humano. Tampoco es de esperar que tenga algún rasgo de alguna de las múltiples formas de vida de la Tierra.
Si solamente en nuestro planeta hay una diversidad de especies cuya morfología es casi imposible de imaginar, ¿por qué un extraterrestre, quien no comparte nuestro tronco evolutivo ni (presumiblemente) nuestra composición química, debiera parecerse aunque sea un poco a cualquier ser vivo conocido?
Sin embargo, si un extraterrestre tuviera algún parecido ya no con los seres humanos, sino con cualquier otro ser vivo -desde una bacteria hasta un pez abisal-, diremos que es biogeomorfo.
A veces se aplica este término de una manera más restringida. Quizás -se admite- un extraterrestre se pudiera parecer a algún ser vivo, pero sólo diremos que es biogeomorfo si se parece en muchos aspectos a alguna de las especies superiores con las que los humanos tenemos más familiaridad. Por ejemplo, será biogeomorfo si se parece a un caballo, y no lo será si semeja un Saccopharynx lavenbergi o un Mertensia ovum, raros animales marinos.
(En la foto, un pulpo dumbo o grimpoteuthis. ¿Qué tan parecida a este pulpo será alguna de las inimaginables criaturas extraterrestres que pudieran estar visitando nuestro planeta ahora mismo?)