Exonario

Definiciones y términos que no figuran en el diccionario (exonario no figura en el diccionario)

Archive for agosto 2010

Mutovulcia

Posted by jorgemux en agosto 31, 2010

(Sustantivo. Del latín mutare = cambiar y vultus = rostro. Adjetivo: mutovúltico)

Drástico, repentino e inexplicable cambio de la fisonomía de una persona. 

No es un fenómeno frecuente, pero algunas personas han reportado que su rostro cambió de la noche a la mañana; que esa cara que tienen no es la de ellos, y que los dientes y la boca han sido modificados. Sospechan que, durante la noche, alguien les ha hecho una extraña cirugía de rostro o, en casos extremos, sienten que han sido decapitados y les han colocado una cabeza que no era la propia.
Estos relatos podrían evidenciar un estado de insanía; sin embargo, quienes conviven con el mutovúltico ratifican ese sorprendente cambio: esposa, hijos, padres o compañeros afirman que Juan (quien era de tez oscura, con pelo corto negro, dientes grandes, nariz pequeña y mejillas rojizas) se ha convertido en otra persona (un hombre calvo, con restos de pelo amarillo, dientes pequeños, nariz respingada y casi sin pómulos). En algunos casos, incluso, se reporta un cambio de sexo. También, desde luego, cabe la posibilidad de que Juan se haya marchado y le haya pedido a alguien que ocupe su lugar haciéndose pasar por él. Se trataría de una mentira tan inverosímil que incluso podría tener chances de ser creída.

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Egomatía

Posted by jorgemux en agosto 30, 2010

(Sustantivo. Del griego egó = yo y mantháno = aprender)

Aprendizaje a partir del propio yo.

La egomatía es una ciencia de discutible pronóstico: consiste en adquirir el saber a partir de uno mismo, como si el yo fuese la fuente de todo conocimiento. Cada vez que se insta a «encontrar la respuesta dentro de uno», se está apelando a una particular visión egomática, aunque el término designa un proyecto más ambicioso y complejo: los egómatas creen que todo conocimiento proviene de las profundidades de uno mismo, y que todo el «afuera» que creemos conocer es, en realidad, una compleja construcción proyectiva a la que llamamos «mundo». Esta visión parecería abonar al solipsismo (la tesis según la cual sólo existo yo); sin embargo no necesita llegar a ese extremo. Sólo somos capaces de conocer aquello que hemos construido como siendo cognoscible es una consigna egomática. Por eso, un yo fortalecido tiene mayor acceso al saber que un yo débil, intermitente o alienado. La egomatía, también, puede tener su versión plural: no es un «conocimiento a partir del yo», sino a partir del «nosotros». Esta versión (en la cual el yo se enriquece en las interrelaciones con otros «yo») no está demasiado alejada de la visión científica del mundo. Si la ciencia es una construcción conceptual colectiva, no puede descartarse que cuantos más individuos sostengan los andamios de esa construcción, tanto más esos mismos individuos (como individualidades, o como grupos) conocerán a partir de los andamios que ellos mismos han construido para sostener al resto de la construcción.

Curiosidad: algunas corrientes conductistas, materialistas y fisicalistas pretenderán que el «yo» es una entidad ficcional o virtual, y por lo tanto pondrán el acento en la corporalidad y no en una entidad que, a la postre, es producto del conocimiento y no fuente de él. Por eso, un egómata conductista dirá que no se debe observar el propio yo, sino los gestos del propio rostro para aprender todo lo que hay que saber. De ese modo, un egómata, para ser consecuente con su teoría, debería mirarse al espejo continuamente.

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Hilaricordia

Posted by jorgemux en agosto 27, 2010

(Sustantivo. Del latín hilaritas = expresión de risa y alegría y cor = corazón. Adjetivo: hilaricorde )

Si la misericordia es la disposición a sentir el dolor de los demás, la hilaricordia refiere a la capacidad de entender o encontrar humor en las expresiones ajenas, aun cuando estuvieran camufladas bajo una apariencia seria y flemática, o aun cuando el hablante no tuviera la intención de decir algo divertido.

Si una persona no entiende una sucesión de chistes, o es incapaz de interpretarlos como tales, está demostrando que no tiene hilaricordia. La tiene en gran medida, sin embargo, si interpreta a cada palabra como un acto gracioso, aunque en este caso también tiene una gran estupidez.
El mejor hilaricorde es quien puede detectar chistes o bromas que no están hechas para que él las entienda y que, además, es capaz de retrucarlas o seguirlas. El hilaricorde es un gran hermeneuta de los gestos, palabras e intenciones humanas, aunque su arte se restringe a lo puramente cómico.

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Aliovulto

Posted by jorgemux en agosto 25, 2010

(Adjetivo y sustantivo. Del latín alius = otro y vultum = rostro)

Pariente muy cercano con el que no se tiene parecido.

Mientras los aparientes son personas que se parecen entre sí sin ser parientes, los aliovultos son hermanos de sangre que no se parecen entre sí, o que no se parecen a sus padres legítimos.
El aliovulto tiene rasgos y gestos únicos y distintivos. No se le puede reconocer el parentesco por la sonrisa, ni por la mirada, ni por la voz o la forma del cráneo. A veces uno de los progenitores del aliovulto (en especial el padre) duda de su paternidad, pues siente que está frente a un desconocido. El niño aliovulto causa incomodidad; no se comporta como si fuera de la familia y desentona en el tamaño, el color de los ojos o el color de su piel.

No se puede decir que dos primos de sangre sean aliovultos si no se parecen. La noción de aliovulto sólo tiene sentido y aplicación cuando se habla de parentesco familiar inmediato. Más allá de esa frontera, no es extraño que el parecido se diluya.

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Frodiscoso

Posted by jorgemux en agosto 24, 2010

(Adjetivo. Del latín for = hablar; post = después y discessus = despedida.)

Quien inicia una conversación luego de despedirse. 

El frodiscoso nos engaña con su repetido «adiós» a través del teléfono o cuando está de visita en casa, pero un segundo antes de que colguemos o de que le abramos la puerta nos preguntará cómo está la familia, el perro y el gato y acto seguido contará pormenores de sus propios parientes y mascotas. Luego se despide una vez más, de manera efusiva y asfixiante. Sin embargo, no nos deja colgar ni cerrar la puerta: sigue allí, hablando sin parar hasta que en algún momento mira el reloj, dice «qué tarde se hizo» y vuelve a saludar, con apuro. Esto tampoco lo detiene: ya a punto de cortar o de pisar la vereda, encuentra otra nueva e interminable temática para seguir parloteando.
Es común que el frodiscoso, a pesar de los innúmeros saludos de despedida que nos ha propinado, se vaya sin saludarnos, con la excusa de que ya nos saludó muchas veces.
Al frodiscoso se le puede proponer (con ironía) una especial técnica de saludo: que se despida muchas veces al principio de la conversación, para que después no tengamos que padecer la decepción de sus continuos amagues.

El frodiscoso es cronocléptico.

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Proscático

Posted by jorgemux en agosto 23, 2010

(Adjetivo. Del griego pro = adelante y eikónes = imagen. Sustantivo: proscasía)

Dícese de quien pretende fundamentar una conclusión general a partir de una imagen fuerte. 

El proscático da detalles vívidos de una escena que le parece suficientemente enérgica como para servir de ejemplo y, a partir de esa imagen, cree que se puede sacar una conclusión general o de mayor alcance. «A mi vecina le entraron a robar, la ataron, le pegaron un culatazo y la dejaron sangrando. Había sangre por toda la cocina. Los ladrones revisaron todo, secuestraron al marido, lo llevaron por los cajeros automáticos y le sacaron todo el dinero. Es increíble lo que ha aumentado el delito en nuestra sociedad«. En el ejemplo anterior se puede encontrar la proscasía: Se hace una conclusión que no puede sostenerse a partir de la imagen del robo, por muy detallada que esta sea. Si alguien se atreve a dudar del aumento de la inseguridad, el proscático dará aun más pormenores o agregará otro ejemplo no conectado con el anterior: «¡Los ladrones le pegaron hasta al perro! ¡Al marido le robaron el reloj! ¡Al otro día, un chico por la calle le robó la cartera a la esposa, y el verdulero se quedó con un vuelto!»
El proscático pretende que, si a una misma persona le roban muchas veces o si los delincuentes son muy violentos, eso (por sí solo) aumenta las estadísticas generales. Él siente que un caso aislado (o un grupo de casos no conectados) es apenas un ejemplo de un fenómeno masivo y creciente.

Los proscáticos suelen ser onfalóquicos.

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Semanterio

Posted by jorgemux en agosto 20, 2010

(Sustantivo. De semántica  y cementerio)

1. Libro o sitio web que se dedica a recolectar palabras en desuso. 

Algunas personas que han entrado a Exonario, lo han confundido con un semanterio, creyendo que en este blog hacíamos acopios de términos que alguna vez fueron usados, pero ya no. 

2. Red de conceptos que ya nadie piensa. 

Si cada palabra o grupo de palabras conforma un concepto, entonces existen millones de conceptos que ya nadie piensa, o que sólo se pensaron una vez (en el momento de crear la palabra o la frase para nombrarlo) o en un momento muy preciso de la historia. Esos conceptos ya no pensados conforman una platónica y enmarañada red semántica en desuso. 

Las palabras de Exonario que ya nadie lee y que nadie usa ni usó jamás, son parte de un semanterio.

(Nota: la palabra «semanterio» se usa como sinónimo de «simandrón«, un instrumento musical utilizado en actos litúrgicos. No he encontrado la etimología de este «semanterio», pero sospecho que no debe ser similar a la que estamos utilizando aquí)

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Criptianismo

Posted by jorgemux en agosto 19, 2010

(Sustantivo. De críptico y cristiano. Adjetivo: criptiano)

Conjunto de pseudoafirmaciones escasamente inteligibles con las que algunos autoproclamados cristianos se adoctrinan y pretenden adoctrinar a los demás. 

Es imposible creer en algo que no tiene sustancia proposicional. Donde no hay una tesis, no hay siquiera algo que creer. Sin embargo, el criptianismo hace interpretaciones potenciales y escasamente asertóricas acerca de lo que dice su libro sagrado. «Donde dice ‘Cristo viene’ debe entenderse que los tiempos se acortan y pronto habría de venir quien nos hiciere la Asunción, porque el Mal, que inundare el mundo con su oscuridad, dos veces como bicéfala serpiente, donde Luz y Agua sean uno» He aquí un discurso típicamente criptiano: en principio, en él se revelaría una profunda creencia propia de la escatología, pero resulta difícil interpretar qué quiso decir exactamente y si, de hecho, se dijo algo.

Cuando al criptiano le hacemos una pregunta acerca del origen del mundo o la presencia del mal, él suelta una perorata ambigua, lacónica, con gramaticalidad afectada, verbos en subjuntivo y tono sentencioso. Pero sus frases dejan la impresión de vacío, de abstracción pintarrajeada o de admonición grosera y poco convincente. Si le preguntamos qué quiso decir exactamente, suele utilizar el mismo recurso una y otra vez, hasta que se enoja por nuestra incapacidad de comprenderlo.

Algunos pastores y párrocos realizan en sus púlpitos discursos criptianos frente a sus fieles. 

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Metacupio

Posted by jorgemux en agosto 18, 2010

(Sustantivo. Del griego metá = más allá  y del latín cupio = desear)

Ganas de tener ganas.

A veces recordamos cuánto nos gustaba andar en bicicleta, jugar al fútbol, comer asados o publicar en un blog. Si hiciéramos una lista de las cosas que nos entusiasman, pondríamos a todas ellas. Sin embargo, hace tiempo que no salimos con la bicicleta; los amigos nos llaman a jugar partidos de fútbol pero nos negamos; hacer un asado da mucho trabajo y al blog lo tenemos desatendido desde hace meses. Entonces caemos en la cuenta de que nuestros gustos son metacupios: tenemos simpatía por esas actividades, e incluso nos identificamos con ellas, pero no queremos realizarlas.
¿Somos fanáticos de aquellos que no practicamos? ¿Nos gusta la literatura si no hemos leído un solo libro en décadas? ¿Amamos al grupo Carpenters si hace tiempo no escuchamos «Close to you«? Hay quienes dicen que sólo se ama aquello que se practica. Sin embargo, ese amor inoperante no es necesariamente algo falso: es un metacupio.
¿Existen los metacupios múltiplemente potenciados (metametametametacupios)? ¿Puede alguien desear desear desear desear algo? Esta curiosa lógica modal del deseo es problemática. No está claro que significa un metacupio a la quinta potencia, pero la intrincada maraña de los deseos humanos tal vez deje resquicio para que una cosa así ocurra.

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Bibliofugia

Posted by jorgemux en agosto 16, 2010

(Sustantivo. Del griego biblios = libro y del latín fugio = huir)

Paulatina desaparición de libros de una biblioteca. 

Existe un principio general con respecto a la costumbre de prestar libros: un libro prestado jamás se devuelve. Por eso, quienes prestan libros suelen recorrer su biblioteca con cierto pesar: los títulos más atesorados han desaparecido de los estantes, sin que se pueda calcular con certeza quién se ha llevado cada uno. Sólo quedan los libros nuevos, los desconocidos -esos que están ahí pero jamás hojeamos- o los demasiado viejos. Además de esta desaparición por préstamo indebido (de la cual somos en parte responsables), hay que sumarle la desaparición por robo, por lo que otro ha prestado en nuestro nombre, y por lo que nosotros mismos hemos perdido.
Hay bibliotecas que, con mucho celo, pueden preservarse parcialmente de la bibliofugia. Sin embargo, aun el más quisquilloso guardián de las letras cada tanto se encontrará con misteriosos faltantes cuya causa no puede establecer.
Una biblioteca sana debe contar con un bajo índice de bibliofugia y un moderado y paulatino incremento de bibliografía. La bibliofugia se convierte en una plaga cuando las desapariciones dejan huecos en los estantes y algunos de los pocos libros que quedan caen de costado dando un espectáculo penoso.

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