(Sustantivo. Del latín mutare = cambiar y vultus = rostro. Adjetivo: mutovúltico)
Drástico, repentino e inexplicable cambio de la fisonomía de una persona.
No es un fenómeno frecuente, pero algunas personas han reportado que su rostro cambió de la noche a la mañana; que esa cara que tienen no es la de ellos, y que los dientes y la boca han sido modificados. Sospechan que, durante la noche, alguien les ha hecho una extraña cirugía de rostro o, en casos extremos, sienten que han sido decapitados y les han colocado una cabeza que no era la propia.
Estos relatos podrían evidenciar un estado de insanía; sin embargo, quienes conviven con el mutovúltico ratifican ese sorprendente cambio: esposa, hijos, padres o compañeros afirman que Juan (quien era de tez oscura, con pelo corto negro, dientes grandes, nariz pequeña y mejillas rojizas) se ha convertido en otra persona (un hombre calvo, con restos de pelo amarillo, dientes pequeños, nariz respingada y casi sin pómulos). En algunos casos, incluso, se reporta un cambio de sexo. También, desde luego, cabe la posibilidad de que Juan se haya marchado y le haya pedido a alguien que ocupe su lugar haciéndose pasar por él. Se trataría de una mentira tan inverosímil que incluso podría tener chances de ser creída.